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Manfred Weber tiene razón en una cosa, mal que le pese a muchos europeístas. El eurodiputado alemán y presidente del Partido Popular Europeo (PPE) está convencido de que las elecciones europeas del pasado 9 de junio marcan un antes y un después en las alianzas que mueven los hilos en Bruselas. La aritmética del Parlamento Europeo cambió ese día, insiste el PPE, inclinándose claramente hacia el extremo derecho y rompiendo el habitual equilibrio de fuerzas entre la democracia cristiana y la socialdemocracia.
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