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Una de las principales pruebas contra David Morales, el exmilitar español cuya empresa espió las conversaciones de Julian Assange y sus abogados durante su estancia en la Embajada de Ecuador en Londres, ha desaparecido. La Policía española no entregó al juez que investiga el caso el archivo íntegro del teléfono Samsung S7 que utilizaba Morales para comunicarse con los presuntos agentes de la CIA a los que facilitó la estrategia de defensa del fundador de Wikileaks, según documentos de la investigación judicial a los que ha tenido acceso EL PAÍS. Tras reiterados requerimientos judiciales, los agentes han respondido que “desconocen dónde puede encontrarse” y el juez Santiago Pedraz les ha ordenado su recuperación inmediata.
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